Fernando Colomo presenta su ‘Poliamor Con El Fin De principiantes’ en la sexta recorrido sobre la 5? estampacion de el Festival Internacional sobre celuloide de Barcelona–Sant Jordi. El companero Fausto Fernandez nos narra lo acontecido.
La inoperancia de esta interminable, repetitiva asi como profundamente aburrida primera fila de las ultimas horas etilicas de el poeta gales Dylan Thomas, es igual que Con El Fin De estudiarla, o como Con El Fin De la diseccion como la que preside John Malkovich (el que se salva sobre este desastre) en una decorado que de tan ridicula llega an unir el hipotalamo sobre este cronista con el Wired que Larry Peerce consagro a John Belushi en una cult movie de el biopic y no ha transpirado de el drama. Bernstein composicion esos ultimos copazos en un bar neoyorquino a principios de las anos cincuenta (exacto Cheers en plan Honor de cavalleria) con un insufrible maraton sobre recitales de el autodestructivo poeta por universidades norteamericanas, con unos flashbacks/ensonaciones en arbitrario color (el film es en blanco y bruno, que queda como mas culto y hipster) que supongo que realizan relato al paraiso perdido (perdido por cafre) del hogar asi como la vida familiar, asi como con una patizamba gama sobre entrevistas (en un proyecto de TV que ni las the adult hub de Jorge Javier Vazquez) y no ha transpirado declaraciones a camara que si Steven Bernstein dice en un lugar que son un homenaje a domiciliado Kane voy desplazandolo hacia el pelo le estoy dando con la botella en el colodrillo hasta que pida perdon.
Last call ojala externamente un Leaving Las Vegas con Rhys Ifans imitando descaradamente al Gary Oldman mas pasado de rosca. Ojala no dejara caer (desprovisto ni siquiera arrojar sobre ese hilo) lo de el debate inquisitorial sobre nuestros dias sobre Inquisicion referente a En Caso De Que hemos sobre resolver el procedimiento por lo que es personalmente el comico. Ojala se hubieran evitado todo el mundo esos cliches (el camarero y la ocasion tango, con al completo derecho rimando con lo mas sonrojante del cinema contemporaneo) asi como todas esa poesias recitadas como un engolado nino sobre diez anos de vida en la cena sobre Nochebuena.
Ojala volver a Dylan Thomas como consecuencia de esa singularidad de 1972 filmada (bien, que nunca cuesta tanto) por Andrew Sinclair y que seria pobre el bosque lacteo, a donde borrachos de verdad y no ha transpirado con pedigri (Richard Burton, Peter O’T le y Liz Taylor) ponian voz e fama al universo lirico de un poeta que no se merecia un epitafio de este modo.
Viniendo del infortunio de el que veniamos, a un tris sobre lanzarnos al alcoholismo suicida, una peliculita tan amable desplazandolo hacia el pelo tan en el final poquita cosa (Cartas a Julieta para las aspirantes a novelistas sobre los anos de vida 90) como Suenos sobre una escritora en recien estrenada York (Mi anualidad Salinger en el original, titulo que igual no le parecio a la distribuidora espanola lo suficientemente comercial; e igual deben causa) nos hiciera despreciar durante poquito mas sobre hora y no ha transpirado media la ingesta compulsiva sobre whisky a palo sin humedad.